Robert Smith está decidido a dejar atrás su pasado como mercenario y emprender una nueva vida, pese a saber que, haga lo que haga, vaya donde vaya, su pasado le perseguirá. Para una persona que ha visto el mal cara a cara, que está acostumbrado a desconfiar de todo y de todos, no es fácil amoldarse a una vida normal y corriente. Por mucho que lo intente, por mucho que lo desee, siempre recelará de las personas, sobre todo de cualquier muestra de gratuita generosidad. Es por ese motivo que cuando la vecina de al lado se presenta en su apartamento dándole la bienvenida con un bizcocho, no puede menos que sospechar que pertenece a un grupo del crimen organizado. A partir de ese instante centrará todos sus esfuerzos en averiguar cuánto hay de verdad en la bondad de la muchacha, y cuánto de mentira. Pero al hacerlo no contará con los sentimientos que la gitanilla despertará en él.Ni que deberá renunciar a ellos debido a un pasado que le está pisando los talones.